Wednesday, October 17, 2007

La Reforma del Miedo

(Creo que es adecuado al medio blog el comentario breve. De hecho, ha sido un texto corto el que ha recibido comentario alguno en este espacio. Por lo tanto trataré de hacerme habilidoso en el texto breve para Internet)

Abstención: No me atrevería a afirmarlo pero sí a sospecharlo, creo que si Chávez no le está pagando a Hermann Escarrá, este último por lo bajito está beneficiando bastante al primero. ¿Por qué? Bien porque el efecto final de la oposición radical es desmovilizante. Escarrá, Ledezma y Pérez dicen: "¡Hay que impedir el referendo!", pero no de dicen a la gente cómo, ni cuándo, ni dónde, sencillamente arrojan al opositor huérfano a la intemperie y desconcierto totales, pensando que habrán de conformarse con un mensaje entre líneas de miradas nerviosas y de reojo a los militares en los cuarteles. Todavía no se ha visto que la violencia telepática o metafísica tumbe gobiernos, no hay susttutos para la política ni siquiera los reales del petróleo.
La acción mínima para un opositor es la de votar. La onda y la partícula son a la nergía y a la materia, lo que es el voto a la superación histórica de la fase personalista de la revolución bolivariana.
Un revolucionario crítico, en cambio tiene dos opciones, la de votar en contra o la de abstenerse, pero defitinitivamente es mejor la primera.
Votar, hermano, amigo y panita, es lo mínimo por hacer para encontrar alguna fisura al futuro.
El terreno político real que pisa el agregado que conforma la oposición diversa no es el dilema de votar y no votar. La oposición en el estado actual sólo puede hacer una cosa: construir.
Así que la expresión del momento sería: "¿Además de votar qué?"