Sunday, February 18, 2007

Un civil desde la línea del frente

"Cada momento era una mezcla de las situaciones posibles combinadas con las imposibles", así Arturo Pérez Reverte expresa un momento perceptivo de uno de sus principales personajes en su libro, El pintor de batallas. Esta cita también estaría cerca de describir el estado mental de la guerra y es en eso, en que las tendencias hegemónicas de nuestros tiempos, han convertido la vida civil, la más común y la más vulgar, en el soporte ideal para una de las euforias más arcaicas y seductoras de nuestra psique: el delirio del guerrero.

Es así como en este momento me encuentro escribiendo desde la línea del frente, de no sé que batalla, de no sé qué conflicto. Pero he sido colocado aquí, sin ningún tipo de procedimiento explícito de reclusión y sin ningún tipo de adiestramiento. De un día para otro el lugar donde yo estoy, donde tu estás se transforma en la trinchera de un campo de batalla, y mi figura como la tuya resulta amenazante como agresor potencial.

La comprensión del fatum que deparan las estructuras en las cuales se encuentran, cuadriculadas y determinadas nuestras vidas, es el camino teórico para realizar el siguiente hallazgo: con la elección más inocua de algún tipo de vida, has escogido, cualquiera que sea, sabiéndolo o no, un lado en una guerra; o peor, más de un lado en más de una guerra.

Esta es la lógica macabra de las guerras que han aprendido de la narrativa vanguardia de nuestros tiempos en guerras, que resulta el terrorismo. A partir de su incursión en el mundo contemporáneo, el conflicto bélico ha alcanzado su nivel de mayor desarrollo como lenguaje, la estrategia bélica subsumida en el quehacer simbólico, ha convertido cualquier elemento de la realidad en un objetivo militar, o susceptible de serlo.

De acuerdo a la sintaxis y los sentidos elaorados, que consigan entretejer las mentes que reproducen el juego, mi lugar o su lugar de trabajo, por ejemplo, pueden ser el próximo paso a ser tomado en la lucha.

De esta lógica - la guerra trascendida como lenguaje para componer y recomponer nuestra realidad - las corrientes hegemónicas no han permanecido indiferentes, sino que han adaptado y desarrollado el recurso. De esta manera es cómo la vida civil cada vez más está cobrando un valor simbólico, inmerso en el conflicto.